viernes, 10 de mayo de 2013

El Motero


EL MOTERO

                                                     


Allí entre los pinos  en la frondosidad , siguiendo un   camino  de tierra  me ha traído  hasta aquí, me   he metido  por un  hueco  y el coche  queda bastante resguardado de las miradas,  tumbo un poco le asiento, me aflojo el cinturón del pantalón  y  me preparo  para dormitar un ratillo.

No  habían  pasado  más de cinco minutos, cuando un ruido bronco me  hace abrir los ojos, he  incorporarme, era  una moto, va  por un camino  paralelo al que yo había escogido.

Parece un tío  alto  y bastante delgado,  se baja de la moto, da una vuelta  y  contra un árbol, se sienta y enciende un cigarrillo.


                                                     

Unos minutos después  llega una segunda  moto, cuando  llega al lugar donde está el primero  se baja, este será de la misma estatura, algo más de metro ochenta,  pero en este caso corpulento, fuerte, un armario  ropero  como se suele decir.

Espero  expectante  lo que  suceder,  pero los movimiento no me cuadran  con  lo que un saludo  o lo que un  recibimiento es  lógico  para 

El primero en  llegar se había quitado el casco, estaba rapado, con  un gran perilla, y como  un gatito, va de rodillas despacio acercándose al otro  tío, al llegar a  su lado, le besa las botas, se las lamer  y nunca levanta la cabeza.

No puedo creerme  la situación, es el  lugar de encuentro de  un amo con su  esclavo, y tal vez  me obsequien con una escena de sexo inimaginable  para mí,  miro alrededor,  creo  que  ellos  no  pueden  ver el coche desde donde están,  pero tal vez  yo si quiero  ser espectador de primera fila tenga  que acercarme un poco más.

                                                     


Me impacta la situación, me da  un poco de corte, pero un espectáculo así, normalmente  no lo  encuentras.

Salgo del coche  despacio, silenciosamente, solo he cogido las llaves, no cerrare la puerta para no hacer ruido, me acerco  por el lado  que tienen más complicado verme.

Desde mi escondrijo,  no solo  puedo ver toda  la escena perfectamente, además oigo.

La actitud del sumiso es de entrega total, allí, de rodillas, lamiéndoles las botas, el otro, le insulta, le humilla disfruta; de vez en cuando  levanta un pie  y  le pisa la cabeza, no puedo ver muy bien la situación, pero oigo al sumiso darle las gracias  por  pisarla la cabeza, creo que estoy alucinando, no sé  si  me  gusta o  me repugna,  pero algo me mantiene  allí  fijo sin  parpadear,  sin respirar siquiera   para no perderme detalle.

Por fin el amo, el segundo motero,  se quita el  casco, es  un tío maduro,  sobre los cincuenta, pero  corto muy rizado,  y  un gran bigotón,
Le levanta del suelo,  le besa, le aleja  la cara   le  obliga a abrir  la boca y  le escupe en el interior.

Ahora  cabrón arrodíllate  y cómeme la polla, ya me conoces y sabes cómo  quiero, si  me haces disfrutar,  tendrás más, si no simplemente me correré  y aquí  te quedas, así que tú decides.
                                                   

Está claro  que el más joven  sabe muy  bien de lo que habla  su amo, se agacha despacio, como si todo fuera ralentizado, se arrodilla, lame  por encima  del pantalón del cuero el paquete , lo mordisquea, eleva la mirada  como pidiendo permiso  y  poco a poco baja la  cremallera,  saca  el rabo  lo besa, lo huelo,  sigue buscando  en el interior del pantalón,  y  un par de huevos de toro aparecen, los coge con ambas manos, su lengua  los lametea, los besa, los idolatra, se los mete  en la boca, mientras  le masturba, !joder con  excitación  del momento no  había visto el tamaño de ese  instrumento¡, aún no  está totalmente duro  y  son más de 20 cm, mucho  más, pensé que  esas cosas  no eran normales,  pero veo  que sí ,que las hay .

Se saca los huevos de la boca y  lentamente va besando la polla desde los huevos  hasta  el capullo, al llegar allí, saca la lengua, lo lame, lo besa,  se lo mete  en la boca,  y  poco a poco,  muy  lentamente aquel  inmenso aparato  se va perdiendo  en  la cavidad  del joven, sin parar,  hasta el final, una vez  que  la nariz choca con la piel de su  amo lo agarra del culo  y permanece allí  unos segundo, a mí  me da la impresión que el tiempo  se para, se detiene ,ahora  se va retirando, una  polla mucho más dura se va retirando de la boca, con una capa de saliva tremenda, así hasta  salir  y descolgarse, por su propio  peso, aquello brillaba, era  apoteósico,  no tenía una rigidez excesiva , pero  impresionaba,  el esclavo  vuelve a repetir  la operación una  y  otra vez, cada vez que  aquella polla  salía de la boca,  se veía más fuerte, más dura, al salir ya no  caía  por su propio peso, a cada  ciclo, la polla apareció más imponente, yo estoy   pajeándome como un mono, vuelve a salir aquel  rabo,  ya apunta al frente  sin problemas, tiene el máximo esplendor, pero el esclavo sabe  que  esperan más de él  y  sigue  tragando, una , dos , tres veces más, ahora aparece  el rabo  ya  impetuoso alumbrando al cielo, es el momento  le dice, lo levanta , lo abraza, lo besa tiernamente, tengo la impresión que es  el momento de cambiar de tercio  y no  me  engaña mi percepción.

Lo arrastra  hasta  un árbol  próximo, joder tengo  que cambiar de posición si quiero seguir viendo, ahora solo  los veo de espalda, y  no quiero perderme detalle.

Mis movimientos  son lentos, me acerco  un poco más  y consigo  el ángulo de visión  justo, perfecto, es el sitio más adecuado, oigo al amo decir,

- ¿Has traído  lo que  te he dicho?

- Un escueto - si mi  amo,- le responde

Le eleva las manos,  las apoya sobre el árbol, le  hace abrir  un poco las piernas y sacar el culo  para afuera,  mi polla  está babeando ante  esta visión, y  mi mano  no deja de manipularla, si siguen mucho más me  correré sin darme  cuenta.

Ahora   le está dando  unos azotes en el culo, a cada azote  el joven  le da  las gracias, el amo  se calienta cada vez más, su  polla me lo dice, para,  se retira un momento  y  le observa lentamente.

En  el pantalón vaquero que llevaba el esclavo,   se apreciaba una  raja  a  la altura del muslo   y  allí se dirigían  ya  las manos  del  amo ; un tirón  fuerte lo termino de rajar, una raja que iba de  una a otra pierna, hasta las costuras laterales,  entonces con más violenta  tira  hacia arriba,  hasta la cinturilla, yo casi alucino, mi excitación es extrema, casi me corro  en este momento, un  nuevo tirón, termina de arrancar toda la culera del pantalón, la polla del tío maduro ahora  ya babea, luce orgulloso su esplendor en la punta  unas gotas de  presemen aparecen, casi puedo  olerlo, mis sentidos  se acentúan ,no distingo  bien  entre  la realidad y  lo que  me imagino, o tal  vez en este caso  es  lo mismo.

Se vuelve a retirar un poco,  yo alucino ahora con la visión  un culo  perfectamente encuadrado  en aquella apertura artificial del  vaquero, unos calzoncillo  blancos aparecen debajo,  y  con grandes  letras y una flecha pintada  indicando el agujero decía  fóllame.

El osazo maduro, ciego por el deseo, por la ganas de introducir su miembro en aquel  culo entregado, ofrecido,  se lo arranca de un tirón, ahora le ha debido de  hacer daño al joven se le  ha escapado un  quejido, y la  respuesta  ha sido un  par de azotes  marcándole los dedos en el culo

- Gracias señor, le responde.

- A renglón seguido  le dice,-  mi amo estoy  preparado y  lubricado.
                                                       


El instrumento se acerca , apuntala, se va  hundiendo, sin   prisa pero sin  pausa, imponente si  retroceso, puedo ver la cara del joven el esfuerzo  por adaptase a aquello, debe de  tremendo, su cara está casi desencajada, allí permanece unos instantes, se va  relajando, su rictus  se transforma, se  nota como se va adaptando aquel ser invasor, rompedor, traumático, ahora  ya lo conoce, lo está sintiendo,  el maduro  empieza un pequeño movimiento un ligero retroceso para  volver  a la  posición anterior, cada vez  retrocede un poco más  y vuelta al fondo, así una y otra vez, algunas veces retrocede de tal manera que se sale de  aquella gruta estrecha, oscura,  insaciable y  tragona, ahora  una sonrisa en  la mueca  que muestra  su rostro,  a cada  clavada,  un ufff……, le acompaña,  el amo,  le insulta, le llama de todo, le azote el culo, la follada es ya frenética,  el osazo está como loco, no puede parar, el joven grita, pide más polla, que le rompa , que le reviente  sus jadeos aumenta de frecuencia, de intensidad, ya su voluntad no existe solo  el placer de su amo,  pero  él sabe que su amo es complaciente y  está dándole lo mejor de él ,sintiendo toda su masculinidad en su culo, este  a la vez  empieza a dolerle,  aquello es tremendo y aunque se ve  que no es la primera vez que lo  folla, es tan  brutal la  follada que   le está empezando a hacer mella en el trasero, su agujero  empieza a estar dolorido,  le quema , le escuece, es feliz, y esta sensación sabe que le durará durante  días.
De pronto  el  amo la saca, mis sentidos están  tan acentuados  que  consigo  oír  un glup, al sacar la polla, el  amo se retira,  se quita el condón  y ni tan siguiera necesita  meneársela, cuando la leche  sale disparada sobre  la espalda del esclavo,  unos chorros sobre la piel, otros  sobre el chaleco de cuero  negro  que aún  no se ha quitado, se  da la vuelta   se arrodilla, se saca la polla  y  empieza a lamer aquel trozo de carne que le ha violentado el culo, que le ha dejado dolorido, abierto , lo lame despacio, pasando la lengua por  cada pliego dejando bien limpio, mira  a su amo,  explícitamente  le  autoriza a correrse,  pasa la lengua  por  el capullo de  esa polla tremenda, limpia las  ultimas  gotas de leche, mientras  que de su propio rabo  potente, duro  una explosión de leche cae al suelo, mi propia excitación también ha alcanzado   su mayor momento  y  las descargas de leche salen en de mi polla contra el árbol que me cobija , al suelo, mis propios pantalones, una exclamación  sale  involuntario de mi boca, debe de salir más fuerte de lo que me imagina ya que las dos miradas se dirigen a mí, me ven, me descubren, solo una frase lapidaria del amo.

- Otro punto pajillero.
                                                   

El amo se olvida de mi presencia y dice en voz alta para  que yo  lo oiga.

- Tengo ganas de mear.

- El esclavo  anda de rodillas   el escaso metro que los distancia, abre la boca y  espera el ansiado néctar de su amo.

Yo desde  mi escondrijo, consigo ver  un dorado  chorro entrando en  la boca del esclavo antes de  que la polla  se introduzca en su  interior, después de un largo minuto de descarga apenas veo  unas gotas saliendo por la comisura de los labios.

Después el  macho saca la polla  le da  dos  o tres  golpes con el rabo en  la cara, se acomoda  la  ropa, se guarda la polla y se va.

                                            


Se monta en su moto y cuando  se ha alejado unos metros, le dice  al esclavo:

-  espero que no me hayas  mentido y  te  echaras  otros pantalones  como te advertí,   ja.ja. Ja.

- sonreía  mientras se alejaba con el casco en el brazo.

- metros después para de nuevo.

- por cierto, espero que la próxima llamada  me la responda antes, si no  tendrás que ser castigado severamente.

- El esclavo contesta, - sí señor, lo estaré.

- Con el pantalón  o lo que queda de el   en  los tobillo, su polla chorreando, se vuelve ,mira hacia  donde estoy escondido, se quita el chaleco, ve los goterones de leche , me mira y me dice:
                                                     

-  que ,¿los quieres saborear?.

- Salgo corriendo y al volver la cabeza, veo como  saca la lengua y los lame, los disfruta, los goza, su cara de satisfacción es tremenda, yo confundido, acobardado, llego  hasta el coche, me queda algo más de media hora, pero  después  de esto no creo que  pueda dormir  la siesta.

                                                    



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