lunes, 29 de abril de 2013

La Entrevista III


Me  abrazó  y  me dio  un soberbio morreo, después  me giro  y  lamió toda mi espalda recuperando  hasta el  último goterón de  su propia leche  que empezaba a resbalar   espalda abajo, su lengua me  hacía estremecer, por primera  vez  en  mi  vida  empezaba a sentir   unas   ganas  increíbles de  que me volviera a romper a  el culo, pero sabía  que  ahora   me tocaba   mi trabajar, follarlo  y darle el placer que momentos antes  el me acababa de dar a mí.


                                





Le di la vuelta  nos besamos  y  apoyando mis manos en sus hombres  le obligué a  arrodillarse, le restregué mi polla  por la cara  y le metí mis nuevos en la boca, jugaba  con su  lengua en ellos  y  cuando los sacó me los tenía totalmente  ensalivados, lo incorporé  y  le hice ponerse de rodillas en  el sofá, me arrodille  y  abriendo  con mis  dos manos sus turgentes nalgas escupí en  su ojete  y  me lance a follarle con la lengua, cuando comprobé  que su oscura  cueva cedía a mi lengua   jugué con mis dedos  y cuando  comprobé que sus esfínteres no ponían dificultad alguna se la clave de golpe.

                                            

El soltó   un respingo,  y volvió su cara  hacia  mí, dando el visto bueno a  mi acción, aproveche  para  meterle nuevamente la lengua  hasta el fondo de su garganta y nos enzarzamos en un jugoso  y profundo   beso, manteniendo mi polla cobijada  en los más  profundo de su ano, insertada allí  hasta los huevos.

                                                 
                                                                                                                                                       
Nada más salir de su boca, me retire de  su ojete  y  aferrándole  bien de las caderas, se la volví a clavar  para comenzar un vertiginoso   mete saca.
Cuando empecé a sentir   quemazón en mi polla de tanto darle  y tan  fuerte, la saque casi entera  y  solté  un par de buenos escupitajos  sobre   la parte de  polla que sobresalía del  culo  y empecé  suavemente a   meterla  y sacarla, tuve que repetir  la operación  varias veces, el cabrón no lubricaba    y mi polla  no resbalaba en su interior, sentía tirones y se me aflojaba.
Entonces el  muy cabrón, aprovechando que se la tenía metida   hasta los huevos  empezó a morderla con sus esfínter,  hacia  una especie de ordenado con  su culo en mi  polla, apretándomela en  la base, justo donde comienzan los huevos  y a la vez  noté como  al sacarla  salía  toda bien engrasada, le di  unos cuantos viajes  y  al sacarla  salió más dura  y  empapada de  lo  que   yo recordaba.
- ¿Qué?,  ¡cabrón¡ ¿te gusta ahora?, ¿así se te pone más dura, verdad?
-  yo como hipnotizado  , no paraba de moverme  unas veces  para  adelante  y para   atrás  y  otras  en círculo con todo el rabo dentro de ese  jugoso agujero, le azotaba las nalgas  le  pellizcaba  los pezones desde  atrás  y cuando  bajé con mis manos  a su   polla  la agarré  y tiré de sus huevos para abajo, no me dio tiempo a reaccionar, soltó  un gemido seco  y mis manos   se  llenaron de  su caliente  y espesa crema.

                                                           

- ¡cabrón¡ no me has  avisado.
- tu sigue,  me gusta sentirme  un buen perro, un  buen agujero  para el placer de su macho, notar como  me rompes el culo mientras  mi polla sigue babeando  los hilillos de  mi propia leche, ¡fóllame cabrón¡, no pares, dame  más fuerte, soy  un simple agujero  para tu polla ¡dame¡, no pares, ¡sigue así¡  y en poco me  volveré a correr, ¡ sigue ¡    y   me volverá a  salir  otro lefazo sin siquiera  tocarme la polla.
- estaba  como fuera de sí, había perdido  todo  su sentido de macho  y solo imploraba  polla y que   lo ultrajara,  gritaba de tal modo que  tuve miedo  porque en la oficina pudieran oír  sus gemidos  y  sus gritos pidiendo  polla.
- yo estaba como  ido, solo   era capaz de seguir mis impulsos, de  hacer caso a esos gritos pidiéndome caña  y  rabo, pidiéndome  polla  hasta  los huevos  y una  y otra vez, descargaba mi mano abierta  sobre su sudada espalda,  o sobre sus  enrojecidas nalgas, mis huevos chocaban  una  y otra vez  contra los suyos hasta sentir dolor  por el golpe y  el muy cabrón cuando  sintió   que mi polla se hinchaba, que   de mi garganta salían  unos sonidos guturales anunciadores del fin,  hundió su  cabeza en el sofá agarro mis piernas  fuertemente  para no poder alejarme de él y salir de  su culo y   obligándome  a  soltarle   dentro  hasta la última gota de  mi elixir.
Cuando  mi polla se  salió flácida de su caliente  ojete, se tiró al  suelo como un desesperado  y sentado con el culo en el frió pavimento  y con la espalda contra el sofá se metió nuevamente mi polla  en la boca, la lamió, la limpio con  verdadero ímpetu, y después elevando la mirada para encontrarse  sus ojos  con los míos,  olió  mi vello púbico, pego  una fuerte  esnifada cerrando los ojos, como tratando de  inmortalizar el momento y señalándome  un caja de clínex húmedos, comenzó a  limpiarse    y vestirse.
Aún no había  terminado de vestirme, cuando descolgando el teléfono, dijo a secretaria.
- Teresa  ya he terminado, ¿me ha llamado alguien?
Yo salí del despacho colocándome la ropa, pero  rememorando  el buen rato  pasado, a mi entrepierna no  terminaba de llegar la paz.



viernes, 12 de abril de 2013

La entrevista II


Se acerca hacia mí muy lentamente, me mira, su mirada era desconocida, llena de deseo y sensualidad, un brillo no percibido antes, emana de sus pupilas y una amplia sonrisa socarrona se enmarca en su cara a la vez que pone su mano derecha sobre mi nuca y me viola la boca con su lengua y su abundante saliva.
Su mano izquierda manosea mi culo de manera brutal y yo si saber que hacer con las mías las coloco en su cadera por encima de su culo y lo aprieto contra mi.
Sale su lengua de mi boca, ahora es la mía la que entra en zona ajena y en su boca las dos se enzarzan en una pelea descarnada por defender sus propios territorios, territorios que empiezan a dejar de  ser privados, para empezar a ser compartidos.
Al alejarse nuestras bocas, el me coge de la corbata y me arrastra hacia un sofá al fondo de la pared, al llegar a el, se abandona sobre el y sin soltarme provoca que mi boca quede sobre su entre pierna.
Restriego mi boca sobre su paquete por encima del pantalón, mientras mis manos buscaban el cinturón para soltarlo, desabrocho los botones de la cinturilla del pantalón y comienzo a bajar la cremallera, liberando aquel accidentado bulto.
Unos blancos e inmaculados calzoncillos clásicos de Calvin Klein, aparecen marcando un poderoso miembro colocado hacia la izquierda.
El me suelta mi corbata, y aflojándose la suya, comienza a quitársela de su cuello y a soltar uno a uno los botones de su camisa.
Nos volvemos a fundir en su calido y húmedo beso y comenzamos a desnudarnos mutuamente.
Yo aparecía totalmente desnudo, luciendo mis piercing en los pezones y mi cockring en la polla, mientra el aun estaba es calzoncillos y camiseta de tirante también blanca.

Admire este engañoso cuerpo de hombre maduro por unos instantes, hasta que desprendiéndose de todos los trapos, un poderoso torso peludo, unos pectorales potentes y unos pezones asombrosos aparecieron a mi vista.
Nuestros sexos desnudos, orgullosos, potentes se rozaron ante un nuevo abrazo que no llevo nuevamente a confundirnos en un placentero beso.
Mis manos bajaron por sus caderas, y sin poder controlarlas resbalaron por sus turgentes glúteos peludos, y la derecha se perdió entre su raja camino de su agujero, tratando de explorarlo.
El mientras buscaba mis pezones con sus labios, con sus manos acariciaba mi polla, y cuando quise darme cuenta lo tenia de rodillas masajeando mis huevos y engullendo mi rabo como si le fuera la vida en ello.
Tras quedar mis manos desocupadas , teniendo la cabeza a la altura de la misma, la cogí y reconduje el ritmo de la mamada, indicándole los movimiento y manteniéndola junto a mi cuerpo con mi polla en el fondo de su garganta, hasta hacerle provocar alguna que otra arcada, para tras dejarle oxigenarse, volver a usarlo del mismo modo.
Se incorporó, me miró a los ojos y me dijo:

- Ahora te toca a ti.

                                                           

Mi voluntad no existía, la obligación me llamaba y era el momento de devolverle esa magnifica felación, y puse todo mi empeño en ello.
Salivaba y engrasaba esa magnifica polla, mis manos jugaban con sus potentes huevos de toro y acariciaban ese culo delicioso.
El gemía, jadeaba y yo, comía, lamía, tragaba y volvía a liberar ese pedazo de carne, para volver a comenzar y llenar mi boca y mi garganta de ese pedazo de carne jugosa, potente y sabrosa.

- Para, para, me dijo.

Elevé la mirado y su gesto concentrado me mostraba lo cerca que había estado del orgasmo.
Traté de darle la vuelta para empezar a mordisquear y lamer ese culo peludo, duro y potente de macho, pero una vez mas, él indico los tiempos.
No, la iniciativa es mía, mientra se arrodillaba frente a mi, y arrodillándome sobre el sofá, me manipuló hasta poner el culo a la altura de su cabeza, me golpeo subvente los glúteos con la palma de la mano abierta, hundió su cara entre mis nalgas y tras una larga y profunda inspiración saco su lengua y recorrió mi raja, apartó su cabeza de mi culo y escupiendo sobre el, me miró y me dijo:

- Disfruta de mi lengua, que después será otra cosa de la que disfrutaremos los dos.

                                                               

Me relajé, concentré mi mente en el masaje que me estaba ofreciendo y tratando de controlar el placer y dosificarlo, me entregué sin ningún genero de dudas, estando dispuesto a continuar según el guión previamente escrito por él.

Cerré los ojos, trate de dejar mi mente en blanco y me deje llevar.

Su lengua me devoraba, sentía su  calido y húmedo apéndice  y  temblaba  de gusto, sus babas  resbalaban  de mi agujero por mi raja,  empapaban mis huevos  y humedecían toda mi entrepierna.

Mi polla disfrutaba de este resbaladizo jugo y ayudaba al masaje que me daba con mi mano izquierda, mientra con  la otra agarrado al respaldo del sofá, y hundiendo  mi cabeza contra el mismo resoplaba del placer que  estaba sintiendo

El  me abría las nalgas con las dos manos, me escupía, y frenéticamente  pasaba su lengua una y otra vez  por mi raja, bordeaba mi  redondo y  abierto  culo y  jugaba con su punta en  mi agujero  ,que poco a poco  iba cediendo  ante la insistencia de este fabuloso masaje.

Sus manos recorrían  mis nalgas, las azotaban, las abrían, yo las sentía arder de sus manotazos  para después su lengua recorrer  la rojez  y refrescármelas al mismo tiempo  que mi  culo  por momentos aumentaba en calorías y  cada vez pedía más y más.

Escupe una vez mas, se mete el dedo índice en la boca, lo ensaliva bien y tras acariciar  mi  agujero,  noto como mi esfínter cede, como el dedo entra, se cuela, mis paredes  le dan la bienvenida, lo abrazan, lo absorben, en su interior manteniéndolo  en los mas profundo de sus paredes.

Sus labios mordisquean mis nalgas, sus dientes arañan tiernamente  mis carnes,  y con su lengua va buscando mis huevos, los lengüetea, los lame, se los mete en la boca, juega con su lengua  y su saliva , para  tirar de ellos y  liberarlos lentamente, su dedo en el interior  de mi ano,  empieza a moverse de dentro a fuera, hace un masaje  en redondo, lo recorres  varias veces, lo saca,  escupe en  mi  culo nuevamente,  juega con su lengua,  se  para  un momento, se deleita con el aroma de   mi culo abierto aun, engrasa  nuevamente, se mete dos dedos en la boca, me mira, me hace un guiño, inspiro fuertemente, me relajo, y le doy mi consentimiento con liguero movimiento de la cabeza, me hundo contra el  acolchado de  respaldo y siento como  el culo me arde, se abre, se rompe, y se relaja  en un nuevo gemido de placer que explota de mi boca.

Juega con sus dedos, se mueve, se retuercen, mi culo cada vez mas ardiente mas abierto, saca los dedos, siento  un nuevo chorro de saliva,  nuevamente presión en  la entrada, son tres húmedos dedos, cedo, entran, juegan en mi interior, mi polla babea, gimo, me retuerzo, no puedo mas,  mi culo me esta dando un placer inusitado,  un placer que hasta ahora no había descubierto.

Saca sus dedos de mi culo, se recuesta sobre mí, me besa el cuello, me acaricia el pecho, juega con mis pezones, y me susurra al oído:

- ¿Estas  dispuesto?

- Siiiiiiii, por favor, fóllame.

                                                         

Noto como  mueve las caderas, como me roza con su potente nabo, como mi culo se emputece ante este roce, y busca el capullo en su entrada.

Siento fuego en la entrada, un  calor  húmedo, que abre,  que  se cuela, que me invade.

Mi culo, se abre, se rasga  y lo recibe entero, mis sentidos se enloquecen, lo noto entrar, como  me  inunda, como  se acopla a mi agujero,  como me llena y  mis paredes  lo aprietan;
abrazando ese pedazo de carne  que  me hace gozar.

Su avance no para,  hasta que  noto como sus huevos,  me flagelan  las nalgas en un acoplamiento  completo.

Sus brazos aprietan mis  caderas, siento su respiración entrecortada  en mi espalda, su aliento  calida abrasándome  el cuello  y su voz melosa susurrarme al oído

- ¿Estas bien?

- NUNCA ME HABÍA ENCONTRADO MEJOR.

Fue  mi clara respuesta.

Note como su cuerpo se separaba del mío, como  el único  nexo de unión entre nosotros era su espada clavada  en  mi culo, y como esta  se iba retirando despacio de mi interior, hasta casi salir, para volver a meterse hasta los huevos, repitió una y otra vez  la operación, mi culo ardía, la fricción me quemaba por dentro, a  la tercera vez, una  generosa capa  recubría  la polla y ahora deslizaba suavemente .

RELÁJATE Y DISFRUTA.

Me gritó.

Me aferró  fuertemente las caderas, y tomando impulso comenzó una fuerte  follada.

No me lo podía creer, me estaban rompiendo el culo  y  disfrutaba como un loco, gritaba,  me retorcía, jadeaba  y  le pedía mas,  le pedía que me follara mas fuerte, que  me  usara  como quisiera.

Así, relájate, disfruta de mi polla, pero no te corras, que yo también quiero disfrutar  luego de la tuya.

Me muerdo los labios, me relajo, pero  dejo de acariciarme mi nabo, concentro el placer  en las  salvajes envestidas que estoy recibiendo,  y  percibo  cada vez con más claridad  la renovada intensidad  de su follada.
Su respiración empieza a ser entrecortada, sus jadeos aumentaban, su polla  bombeaba  mi interior,  hasta que con un fuerte  grito, mientras retiraba su polla de mi culo decía

ME CORROOOOOOOOOOOOOOOOO.

Sobre mi espalda unos imponentes  chorros de  semen caían.

Su calidez  me hacia retorcerme, el recobró el aliento,, se arrodillo, lamió  mi polla, comprobó que  lubricaba abundantemente pero no me había corrido, lamió mis huevos, subió a mi culo, paso la lengua  lo lamió por dentro, se  incorporo, y  pasando la lengua por toda la espalda, fue recogiendo cada  gota de su propia  leche, la absorbía la saboreaba y se la tragaba,  hasta dejar  mi espalda totalmente limpia.

Me incorporo, mis piernas temblaban, me abrazó, y tras  acariciar tenuemente mi cuello  con sus labios, me dijo.

Ahora soy tuyo, disfruta de mi cuerpo.

Me cogió mi mano derecha, la llevó a su polla  y  mientras me sonreía, descubrí, como su sexo estaba nuevamente dispuesto, duro como  un misíl,  dispuesto a  un nuevo combate.










jueves, 11 de abril de 2013

La entrevista


LA ENTREVISTA

       

Por mi trabajo, soy una persona  que constantemente  tengo reuniones  y mi agenda está llena de entrevistas personales, pero  en este caso  era  una reunión excepcional, estábamos cerrando un negocio muy importante  y la reunión era  en un edificio oficial.

Un bedel  me acompaño por diversos  pasillos de la planta tercera, hasta llegar a  un despacho al final de un corredor, con  amplias  vista  sobre  el Manzanares.

Al otro lado de la mesa  un hombre de aspecto serio, vestido de traje  oscuro, edad media sobre los cuarenta, corbata un tanto atrevida en colores chillones ,pelo corto, y barba muy recortada; la estatura  rondaría el metro setenta y cinco y  su peso  estaría  alrededor de  los setenta kilos.

El saludo con un fuerte apretón de manos, y mirada fija en mis ojos, me hizo empezar  la reunión un tanto desconcentrado, pero a lo largo de la entrevista, su sonrisa abierta, rozando la carcajada, sus modos amables  y  su conversación amena  y gestual, me  fueron relajando hasta llevar en algún momento  la conversación al terreno  personal.

A veces mientras hablábamos  su mirada fija en mí, mientras  su mano  derecha se perdía  bajo la mesa  y manoseaba su entrepierna, le daba a  la conversación una atmósfera especial.

Al terminar la conversación, me acompaño a la puerta y tras cerrarla, mirando de soslayo,  percibí como me observaba  desde el otro lado del cristal.

La excitación de la entrevista, junto  con  el largo tiempo transcurrido, hacían  que sintiera  bastante presión en mi vejiga, busco a lo largo del corredor  hasta ver  un cartel anunciando del baño, entro  y  tras dejar la cartera encima del lavabo  me pongo relajadamente a mear, el líquido ambarino sale a presión, oloroso, de color fuerte y caliente.

Oigo que alguien entra, pero por respeto, ni tan siquiera me doy la vuelta; cuando  a mi espalda alguien  me habló.

Hombre  si  tantas ganas tenías, podías habérmelo dicho y yo mismo te hubiera acompañado.

Volví la cabeza  y  lo encontré a mi lado, secándose las manos, con su sonrisa más cálida, y  su mirada más picara.

Sin tan siquiera apartar la mirada de mis ojos, se llevó la mano al paquete  y  de manera ostentosa, se  lo tocó, marcó  descaradamente su rabo y se aseguró de que me  fijara bien  en ello  y  el gran tamaño del instrumento.

Mirándole fijamente me doy la vuelta, mi nabo  había crecido  y estaba en pleno esplendor, me mira se sonríe, se acerca, me  coge de la nuca, me agarra  la polla, me come la boca, mete su lengua  hasta el fondo de mi garganta, y  al retirar su cara de la mía, me dice.

¿Qué te parece si  continuamos “la reunión” en mi despacho?

                                                  

Me quedo un poco aturdido, tartamudeo hasta que logro  pronunciar palabra  y un lacónico “de acuerdo”,  sale de mis labios.

Recorremos de vuelta el trayecto  andado, él va delante de mi unos pasos, los pantalones de lana fría  le marcan un culo esculpido, moldeado de largas horas de gimnasio, vuelve la cabeza, me sonríe, se ha dado cuenta de mi mirada descarada a su culo y dejándome acercar a él, me  susurra, podrás hacer con él lo que quieras si eres generoso conmigo.


El comentario, me ruboriza, no sé, en qué sentido lo dice  y por mi mente se cruza el famoso dicho  “de donde sacas la  olla, no metas la polla”, pero ya es tarde, las cartas están encima de la mesa y no hay vuelta atrás.

Entramos a su despacho, de nuevo se va tras la mesa, aprieta  un  botón en el teléfono y le oigo que dice.

Elena, por favor, hasta nuevo aviso estaré en una reunión muy importante, no me pase  llamadas, ni  me moleste bajo ningún concepto, tome  nota de cualquier incidencia  y cuando  concluya la reunión, ya me pondrá  al corriente.

Se acerca al ventanal que  da al pasillo  interior, corre  las cortinas y  aflojándose el nudo de la corbata se acerca a mí que  permanezco de pie en medio de la sala.

Al verle aproximarse, dejo caer el maletín sobre la silla más próxima y  noto como me abandono  entre sus brazos.

viernes, 5 de abril de 2013

El ciclista


EL CICLISTA

Hacia meses  que  no me acercaba por esta zona de cruissing, pero esta mañana aprovechando que tenía que venir cerca, me he animado a dar una vuelta.

Al entrar en el camino principal, solo un tío con barbas, venia andando. luego  un par de minutos después  veo que  llega un todo  terreno, al  entrar  por  camino secundario, que lleva  a un  sitio algo mas discreto,  me cruzo con un ciclista,  barbitas,   de metro sesenta y cinco, menudito, y   unas llamativas  mallas  naranja butano.

El todo terreno,  se me acerca a toda leche, no le debo de gustar, él a mi tampoco  me ha llamado la atención, y se vuelve a alejar.

El barbas que venia andando, se me acerca,  se saca  la polla,  pero  no  me provoca, no me dice  nada, y después de unos momentos de  andar rondándome, se marcha.

Decido esperar uno minutos, antes de marcharme, pero ya  doy  la mañana  por perdida, cuando de nuevo vuelve  el ciclista, según llega a mi lado,  se baja de la bici, saluda  y  me dice.

- ¿Qué tal, que haces?

Para entonces  yo ya estaba con la polla en la mano, meneándomela y exhibiéndola.

- Ya ves le digo, indicándole  el rabo.

Se acerca lentamente, unos grandes pezones le marcan  la camiseta  de las mallas,  en su  ajuntado pantalón,  un rabo delgado,  empieza a crecer.

                                                                 

Mientras se arrodilla,  se abre  la  camiseta, surgen unos pezones largos,  gordos, deliciosos, para  aplastar  con mis dedos  y retorcer, el tío gime, mientras  come rabo.

- Dame caña, me dice.

Machaco  estos pezones, mientras  con una mano   le sujeto de la nuca mientras  le follo,  la boca  hasta al garganta, en una  clavada  a fondo,   le provoco  nauseas,  tiene que toser,  se  incorpora, y me dice

- Casi  me ahogas  cabrón.

Le  cojo de nuevo la cabeza,  le morreo,  y  llevo su boca  a mi  pezón anillado, lo lame, juega con su lengua con el metal, para terminar succionando; después  me levanta  el brazo,  se para el tiempo  unos instantes,  huele  mi sobaco, y pasa la lengua despacio, disfrutando  del  momento, como si quisiera detener el tiempo en esta inhalación.

Yo le  hecho  mano a la polla, esa cosa larga  y delgada va cogiendo contundencia, ahora es un cono de buen tamaño, busco sus huevos pero……

- No busques, ese es mi problema  no tengo huevos.

Hago como  que no oigo  el comentario, llevo mi mano a su culo, trato de separar  sus nalgas  y jugar con mis dedos en su  interior, mientras con la otra mano sigo  machacándole  los pezones.

El ciclista  entre abre  las piernas  para  facilitarme la labor, su culo es cálido  y  esta  bastante abierto, pongo un poco de saliva, en  su interior  entra dos dedos sin ninguna dificultad.

Me encanta jugar con mis dedos en el interior de esta gruta, le invito a  entrar en  los asientos traseros del coche, y allí mientras  me come la polla  y los huevos, yo sigo dilatándole y  pajeandole el ano,  el masaje  que con mis dedos le hago en la próstata, le hace gemir, jadea cada vez mas fuerte  y  la manera de tragarse mi polla, me indica  que esta a punto.

Saco los dedos de  su agujero,  y  le azoto suavemente,  a cada azote, un suspiro es la respuesta, le doy   algunos de manera consecutiva,  cada nuevo azote mas intenso, mas fuerte, le van marcando mis dedos, es sus nalgas.

Le meto los dedos   con los  que jugaba en su  culo en la boca,  me mira con  ojos turbios, su mirada es febril y lame desesperado mis dedos, ensaliva, sabe que cuanto mas babas  lleven  la follada con ellos en su culo será mas placentera, y  al acércalos a  su agujero, se  ahueca, me entrega  su  culo  bien expuesto, yo  los meto despacio, pero una vez abierto,  entran  y salen a un  buen ritmo, movimientos  acompañado de sus jadeos y sus suspiros.

- Ahora cabrón, vamos abajo, quiero petarte  este culo a tope.

Salimos del coche, le pongo con las manos  sobre  los asientos y  los pies fuera del mismo, separo sus piernas y  sin piedad  le  clavo mi rabo, de una  sola vez, con potencia y rabia, y  me quedo allí, de ese modo pegado a sus nalgas, con mi polla  toda dentro, con mis huevos pegados a  sus nalgas, y  mis brazos  sujetándolo fuertemente por la cintura.

El ciclista vuelve su cabeza hacia mí, sus ojos están entrecerrados
Se muerde el labio inferior, abre  los ojos  y  me dice:

- sigue, sigue por favor, no pares ahora, !!! No pares ¡¡¡.

Muevo mi polla en forma circular, hago que el culo del ciclista se amolde bien a mi polla, y retirándola subvente del culo, la vuelvo a hundir,  para repetir  ya este movimiento  una y otra  vez, una y otra vez, a cada clavada,  me  hundo más, a cada movimiento  más velocidad, a cada  petada, el ciclista  jadea  más fuerte , de pronto, se calla, ya no gime, sus jadeos  ya no se oyen, su  corazón  late  a  una velocidad mas lenta, su cuerpo se ha relajado, pero  yo sigo rabioso, necesito terminar.

Le saco mi polla del culo, a  el  le saco del coche, lo arrodillo  entre mis piernas  le meto  la polla  en la boca,  su lengua acaricia  mi glande, lo saborea lo limpia.

En un momento que  se la saco  , me dice.

- No la saques dámelo  todo.

Le cojo de los pelos,  y  le follo la boca como si me fuera la vida en ello, quiero terminar, necesito descargar mis huevos, ya no aguanto más.

El espasmos me llega, mi espalda se contrae, mis huevos se elevan  y una fuerte descarga de leche surge de la punta de mi nabo, el quiere empujarme del culo, para  que entre  y me vacíe dentro, yo prefiero descargar sobre su cara,  pero  el quiere  tomar mis proteínas, abre la boca,  y  recibe  la descarga en su interior, sobre  los labios en la nariz, pero  no esta dispuesto a  desperdiciar ni un sola gota, con la lengua sale a buscarlo, se relame, lo traga todo.

Cuando termino, se la meto  de nuevo en la boca,  su lengua rebusca las ultimas gotas de mi capullo,  lo relame, lo limpia,  me visto, arranco el coche y me voy.

Al alejarme lo veo por el espejo retrovisor, aun sigue de rodillas relamiéndose.