LA NOCHE EN BLANCO III
Eran
las once de la noche, estaba recién cenado y encendí el ordenador, la
curiosidad me invadía e inmediatamente entre en la en la web y busque la
dirección.
Varias
fotos me confirmaron que era su página, foto de cara, alguna de culo y lo que
más me llamo la atención inmediatamente era lo escrito en su perfil.
Joven
abierto a todo y con ganas de experimentar busca macho que me enseñe y que me
haga superarme en mi entrega.
No
me extraño para nada su actitud, sus ganas de darme placer y de hacerme sentir
a gusto, aunque de haber sabido antes esto tal vez, mi comportamiento hubiera
sido algo más cañero.
En
la parte superior veo que me entra un mensaje, lo abro, es él.
- ¿Sabes
ya quién soy?
- No,
no tengo ni idea aunque tu cara me suena.
Un
segundo mensaje,
- ¿Si
tienes calma, en cuatro o cinco mensajes lo sabrás?
Le
contesto.
- No
tengo nada mejor que hacer, estoy deseando de descubrir este enigma.
En
un tercer mensaje me llega.
- Este
soy yo, adjunto una foto de un niño de cuatro o cinco años.
- Que
cabrón eres, ¿quieres ponerme nervioso?
En
un nuevo mensaje:
- Jejeje,
adjunto una nueva foto con diez o doce años.
En
esta foto ya resaltaban sus rasgos característicos, pero no me decía nada aun.
- ¿Tío,
a que estás jugando?, le contesto.
Su
respuesta ya no traía mensaje, solo dos fotos, la primera con quince años.
Mientras
descargaba la segunda, su imagen se iba aclarando en mi mente, al aparecer la
segunda, era el de la misma edad con otro chico con la cara borrada.
De
fondo una sala que me resultaba familiar, una sala en la que era consciente,
que yo había estado muchas veces, pero a pesar de haber trascurrido tan solo
media docena de años entre esta foto y el momento actual, no terminaba de ver
con claridad.
- Me
estoy empezando a inquietar, fue mi respuesta,
Un
minuto después, llego nuevamente la foto de los dos chicos, ahora con la cara
bien clara.
Me
quedé frío, mi espalda era corrida por una gota de sudor, las manos me sudaban,
la frente la sentía perlada por gotas de sudor.
Ahora
todo era claro, era Luis, con su hermano Carlos, mi íntimo amigo de pubertad y
mi compañero de parrandas y despertar al sexo, con el que me inicie y mantuve
una intensa amistad y algo más, hasta que su familia se marchó a otra ciudad.
Recibí
un nuevo mensaje.
- Esta
foto la tomaste tú el día de mi 18 cumpleaños, después de que mis amigos se
marcharan y quedamos los tres solos en casa.
Mis
padres se habían marchado el fin de semana para dejarnos pasar tranquilo el fin
de semana y así poder celebrar mi mayoría de edad con mis amigos, quedando mi
hermano Carlos como responsable.
Mi
mente retrocedió a aquel momento, solo habían pasado 5 años, Luis tendría ahora
23, aunque parecía mucho más joven y en aquel momento tenía un éxito increíble
entre las niñas.
Estaba
en este pensamiento cuando me llegó el último mensaje.
- Durante
mi fiesta de cumpleaños había bebido algo de alcohol, y me sentía un poco
mareado, después de hacerme la foto vomité y me llevasteis a la cama.
Un
par de horas después, me desperté y oí ruido en la habitación de mi hermano,
una línea de luz salía al pasillo y se oían palabra entrecortadas.
Me
acerqué, observe por la rendija de la puerta y aquellas escenas se me quedaron grabadas,
y me han realimentando mi sexualidad durante estos años.
Tú
estabas sentado en lo alto del respaldo del sillón, tu zapatilla sobre el
brazo, mi hermano lamia tu zapatilla, tú te manoseabas el paquete, antes de
liberarte la polla.
Mi
hermano al verte la polla ya fuera, te miró, se incorporó y empezó a lamerte el
nabo y los huevos, mientras él se la sacaba y empezaba a manoseársela.
Después,
le pusiste de rodillas en el sofá y tras escupirle el culo, lo follaste
salvajemente.
Esas
imágenes me marcaron en mí y solo el ver
como disfrutabais, como mi hermano gozaba de esa tremenda follada, me abrió la
curiosidad, y de no ser porque pocas semanas después de este suceso nos
marchamos a vivir a otra ciudad, esto hubiera ocurrido antes.
Hace
algunos meses me vine a estudiar y trabajar a Madrid y las vueltas que da la vida, me hizo encontrarme el otro día
contigo.
Solo
verte, mi corazón se aceleró y mi mente tejió la tela de araña, en la que caíste.
Ahora
ya lo sabes todo, yo he conseguido mi objetivo marcado hace más de cinco años y
la experiencia me ha sabido a poco.
En
tus manos esta que volvamos a vernos o simplemente pase página.
Mi
polla se había vuelto a agitar y mi mente solo pensaba en un nuevo encuentro,
un encuentro sin tapujos y sabiendo que busca cada uno en el otro.
Mi
respuesta fue un lacónico y breve mensaje.
¿Cuándo
nos volvemos a ver?
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