domingo, 14 de julio de 2013

Un mal día III


Solo oírle decir esto, mi polla  se puso en  funcionamiento, nada  más terminar el cigarrillo

, ya tenía mi  polla en la boca, yo aún seguía, tumbando  en  el camastro, él se  bajó del mismo, se  arrodillo entre  mis piernas  y comenzó a lamerme polla  y huevos, de mi culo  un  olor  a macho  y sexo se desprendía que llegaba  hasta mi nariz, me levanto las piernas , hundió su  aguileña nariz en  mi raja  y tras  una fuerte  inhalación de mi  abierto agujero,  lo lamió  y  jugo con  su lengua, dentro de él, tratando de rellenar  el agujero  que  la polla  había dejado minutos atrás.


No sé si era  por  el placer que me daba en  la próstata, o por la posición, pero la verdad  me entraron muchas ganas de mear, me levante  para  ir al meadero, y como un perrito faldero vino detrás mío, y mientras soltaba  mi primer chorro de meos, se arrodillo al lado del meadero, con la cara frente a mí,  y  sin disimulo abría la boca, torcí  la dirección de mi caño de meos  y  tras impactar en la cara, redirigí  el chorro y di en  la diana de su boca. Sacaba la lengua como un buen perrito, y así entrar  todo mucho mejor.


Según  se agotaba  en chorro, su boca se acercaba más a mi polla y  al borde del meadero, las últimas gotas  las solté directamente  sobre el borde, y sin escrúpulos de ningún tipo lamió del mismo  meadero  mis postrimeras  doradas gotas.


Después sujetado  con  fuerza de  la cabeza  paso la lengua un buen  instante por el área más baja del retrete.

Lo incorporé, y  poniéndole con ambas manos agarradas a cada  uno de los dos meaderos, le posicioné el culo, sus nalgas,  redondas, duras  , turgentes,  bamboleaban, querían  provocarme, hasta  que  recibió  la primera azotaina, fueron cuatro o cinco azotes, con la palma de la mano abierta, alternando los cachetes, ahora gemía, esperaba  más, deseaba mucho  más, y yo con los ojos rojos alterados, y mis  nervios

muy templados,  por la sesiones anteriores, estaba dispuesto a dárselo.

- Espera  le dije.

Fui al bar  y  como bien sabia detrás de la barra colgado, tenía  un látigo  y una palmeta de cuero, opte por llevarme  los dos y al volver, lo primero que hice fue  taparles  los ojos con un pañuelo que también  había recogido.

Me empapé, bien las manos  de agua  y moje sus posaderas y espaldas tras dejarlo bien húmedo, se las volví a calentar con la palmeta ; fueron al menos diez palmetazos, sus nalgas estaban rojas, marcadas  por los rebordes de   la palmeta de cuero, de su piel al  posar mis manos sobre las caderas   podía apreciar la temperatura adquirida, esto me excito  aún más, me  puso  burro total  y sin más preámbulos  lo taladre.


La clavada  fue brutal,  me  inserte de un solo golpe,  le clave la polla de un solo empuje hasta los huevos, su  estrecho culo aún no había lubricada, me  costó  entrar,   mi polla ardía del roce,  pero el momento de excitación, provocaba una clavada así, ahora tras el  fuerte bufido que soltó, casi un  alarido, su culo era  una capa de lubricante, mi polla se deslizaba casi salía  sola  del estrecho agujero, el  jugo salía de interior, mojaba mis huevos, y  esto  me ponía a mil, me preparaba a darle una segunda embestida……..

Note como se tensaba su espalda, se relajaban sus músculos, sus piernas se vencían y desde sus huevos empezaban  a fluir sus chorros de semen  por segunda vez.

 Estos cayeron   una  y otra vez contra los azulejos  y contra las baldosas del suelo, de su boca salían, jadeos y alaridos, su culo se contrajo, sus piernas se incorporaron  y  casi de pie junto a la pared soltaba  hasta la última  gota de su producción seminal

Yo detrás a escasos centímetros  de pie, con mi polla lubricada, tiesa, imponente, no pensaba dejar que aquello quedara así.

Lo arrodille,  y  empujándole con mi mano la cabeza, le dije

CABRÓN, LAME  TU LECHE, DEJA LOS AZULEJOS  BEN LIMPIOS Y  EN EL SUELO  NO QUIERO VER  NI UNA SOLA GOTA.

Mientras me arrodille a sus espaldas  y  se la volví a meter y darle algunas embestidas más.


El mientras se ocupaba en  dejar  limpio esos azulejos salpicados de leche  y de dudosa limpieza.


Agacho  más su cabeza  para limpiar el suelo,  saque mi polla  y agarrándome fuerte de los huevos,  me vacié entra gritos  y  temblores corporales es su espalda próximo a su culo, algunos chorros,  resbalaban  y se introducían por la raja de sus nalgas, camino del abierto agujero.

Cuando  levanto la cabeza del suelo, le volví a meter mi polla en el culo, y soltado  mi vejiga de nuevo, en su interior, le dije,

Cuídate mucho de  que  no salga nada.

Tras llenarle bien  todo el recto, le dije, cuidado de vaciarte, quiero que me pongas  la última copa mientras recoges  y terminas de limpiar todo esto.

Al incorporarse, su culo se abrió,  surgió  un chorro  amarillo cargado  con algo  más contundente, inundando todo el suelo  del servicio.

Le mire con desagrado,  le di con el pie obligándolo a  tumbarse en el suelo,  y  le hice dar  varias  vueltas sobre sí mismo.

Ahora su cuerpo le brillaba, el recinto olía a sexo y a meos, le miré  son una mirada de desprecio, por no aguantar  y  le dije

CABRÓN, PONME LA COPA Y LIMPIA ESTO.

Con la cabeza baja, me  sirvió, y sin  mirarme se fue dentro  y limpio todo el desaguisado, se lavó y volvió a mi lado, se arrodillo  y  tras besarme los pies, me dijo

Gracias señor  por sus favores, cuando   lo vi, sabía,  que era lo que  llevo  semanas buscando.


Le acaricie la cabeza  como se hace con un perro obediente, me vestí  y  me marché.

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