lunes, 8 de julio de 2013

Un mal día

UN MAL DÍA

Hacía tiempo  que no volvía por este local de Malasaña, pero hoy, había tenido  un día especialmente complicado, estaba nervioso, de mala hostia, y  aunque ya me había metido en la cama, no era capaz de conciliar el sueño.



Me levante, me volví a poner  unos bermudas  y una camiseta de tirantes,  mis zapas sudadas, y  los calcetines de todo el día, y en diez minutos estaba llamando a la puerta del local.

Al llegar, el portero, me pregunto como  otras tantas veces si conocía  el funcionamiento del local.

Si soy  cliente habitual, le dije, aunque de otras horas, suelo venir  a primera  hora de la tarde.

Miré  al ropero,  a bulto no habría más de seis o sietes clientes en el local.

Me desnudé, y pase  al bar, efectivamente en la barra  solo tres tíos, dos de ellos  conversando, el otro al final de la barra, pegando al cuarto oscuro.

Pedí mi copa  y  me fui directamente al cuarto oscuro,  allí, percibí  la presencia de tres  tíos más  jugando.

En  uno de los baños  la puerta estaba cerrada,  pero  por debajo  pude comprobar a dos tíos metidos en faena, los  jadeos  confirmaban que ya estaban en una fase avanzada del juego.

Pase al cuarto de los meaderos,  me puse el cockring y salí  de nuevo a continuar con mi copa.

Me situé  en  la esquina de cuarto del slim, mi espalda apoyada  a  la columna que hacia esquina con la barra,  la pareja de tíos estaba  charlando animadamente  y  daba la  impresión que estaban terminando  la copa , para marcharse.

El tío del final de la barra, estaba mirando  una de las pantallas, y  a  parte de no provocarme morbo, ni gustarme  parecía estar muy tranquilo, estar de esperar, o simplemente matando el tiempo después de haberse relajado.

Vuelvo a entrar en el cuarto oscuro, allí siguen en  la oscuridad, los de la cabina han terminado, y se están lavando.

En el cuarto oscuro, no veo  bien  uno rapado, delgado  y  de piel bastante clara, los otros dos son más bajitos, un perilla, de  pelo muy corto   y un barbas, con media melena rizada, pero a mí me gusta ver más claro.

Me salgo de nuevo al bar, los tíos que acaban de follar  ya se están vistiendo  y  los otros dos que charlaban,  ya  se marchan del local.

Creo  que la opción  no ha sido muy buena, solo quedan cuatro clientes  y  yo,  y  tres de ellos están follando  y el cuarto no es valorable, me sigo tomando  mi copa y sopesando mis expectativas.

Sale el rapado del cuarto oscuro, se une al del fondo de la barra, hablan cuatro palabras  y salen  para vestirse y marcharse.

Creo  que la noche ha acabado en el local, doy  un trago más a la copa, sale el barbas del pelo largo rizado, me mira, clava la mirada en mi persona, se queda absorto contemplándome.

Lo miro  fijamente  a los ojos mientras se acerca, se aproxima,  no retira  los ojos de  los míos, con un leve movimiento  de mi mirada hacia abajo, le indico lo que debe de hacer.

Hablamos el mismo idioma, llega a mi lado, se arrodilla, levanta la mirada para coincidir  conmigo, le  autorizo  y abriendo la boca, se traga mi polla hasta el fondo de la garganta, pone sus manos en mis nalgas, yo le recompenso, enredando mis dedos en  su  melena rizada,  y con suaves y lentos movimientos  de mi mano, le obligo a sacar  mi polla de su boca, para clavársela de nuevo una y otra vez repitiendo de un modo reiterado  el movimiento.


Sale el rapado también del cuarto oscuro, tiene  los pezones anillados  y  otro gran aro en la polla, su noche tampoco ha acabado, su rabo a pesar del peso de piercing, sale apuntando al frente orgulloso, se acerca a nosotros al vernos metidos en materia  y  se pone a mi lado, dejando  la polla cerca de la cara del barba, mientras con su lengua  acaricia uno de mis pezones.


Con mi mano izquierda, le cojo de la cabeza, y llevo su lengua  hasta mí sudado sobaco, el tío lo huele, aspira  por unos segundos el perfume de macho que desprenden,  y  tras  inhalar un poco de poppers, se lanza  a lamerlo de modo frenético.


La visera de la calada  gorra  que llevo me impide ver mucha más  allá de una cabeza lamiéndome un sobaco  y otra tragando  polla a discreción, cuando  la levanto  para darle una inhalada al poppers, me encuentro al  portero acariciándose el paquete tras un suspensorio rojo que lo cubría.

El camarero desde detrás de la barra, miraba, tras haber puesto  unos cuantos sobres de lubricante sobre la barra  y algunos condones.

El portero, me mira, me reta, y con la mirada le hago saber, que cuando termine lo que he empezado con estos dos estaré con él.


Parece que esta noche mi mirada habla y  todos lo entienden, sigue mirando, pero no se acerca respetando lo dicho por mi mirada.

Incorporo  al melenas, lo pongo de pie, su estatura es muy similar a la mía, su piel oscura, sus ojos negros, brillantes  vivarachos, le dan un aspecto bastante agitanado.

Echo mano a sus nalgas, son turgentes  y redondas, bien levantadas, el tío suspira, le suelto  un manotazo, cierra los ojos, en la  nalga mis dedos marcados, me excitan y me  provocan a seguir avanzando.

El perilla se ha arrodillado y me come la polla mientras juego con el otro, el portero,  no pierde movimiento, se  toca sin sacar su polla, y se masajea unos pezones  gordos, duros, insinuantes.

Aparto al perillas, y me acerco por detrás de mí gitano, le restriego el rabo  por el culo, no hay duda, quiera  polla que lo reviente, y yo necesito romper un  buen culo, sentirlo mío, usarlo como  me salga de los cojones.

Le  hecho  mi cálido  aliento en el cuello, mientras con los labios empiezo a mordérselo, bajo por el hombre, saco los dientes, muerdo suave, quiere más, le marco en la mollita de  la nuca mis dientes, el  tío  se tira contra la pared, apoyando sus brazos en ella.

Aprovecho que está próximo a la cruz, le centro  y  le ato  las manos, con la mirada  pido palmeta de cuero que  tiene el camarero colgada a su espalda, la pone encima de la mesa, le acaricio  las nalgas, se las masajeo, le doy un buen manotazo en la  nalga opuesta, ahora esta se queda marcada mientras  la anterior simplemente aparece algo roja.

Desde atrás le  pellizco  los pezones, cada  castigo  infringido es un nuevo suspiro, le acaricio la polla, es hermosa y esta como una piedra de dura, sus huevos gordos  y  colganderos.
Bajo mi mano por su torso,  por sus nalgas,  se la acaricio,  metro la mano  por la raja, busco su agujero, lo toco, sigo bajando  a su entrepierna,  busco  sus huevos,  los  cojo, los saca hacia atrás, tiro de ellos, son colganderos, son unos huevos de toro, el perillas  me ve, se arrodillas  y los lame, mientras  yo, cada vez los voy estrangulando más con mi mano, y  él  se los mete  los dos  en  la boca, cojo  la palmeta de cuero, y  cuando menos se los espera, le suelto  un par de golpes, secos, contundentes, uno en cada nalga, el perillas  al oír silbar  la palmeta, se espanta,  retira un poco  la cabeza de las nalgas del  barbas,  pero  sigue con  los cojones metidos en la boca.

El gitano  ruge, sus nalgas enrojecidas, calientes por  mis palmetazos, sus huevos casi arrancados  en el tirón que él perillas le ha pegado, cierra  los ojos, mueve la cabeza, pero ahueca más su culo, mientras se muerde los labios.


El perillas me mira,  le digo que  le coma el culo, lo abre  con parsimonia, escupe en el agujero y  le pasa la lengua , luego la aprieta  sobre  la caliente gruta, corre el poppers, el culo se abre ahora  con facilidad, acerco mi polla, la lame mientras lame el culo y sigue haciéndolo mientras me voy clavando en ese cálido agujero, siento su ultimo  lengüetazo, entre mis huevos y mi  culo, el tío se sienta en el suelo, y coloca  la cabeza entra la pared  y  la polla de gitanillo .

Es la posición final, el  barbas,  vuelve la cabeza, dando la aprobación  y ofreciéndome la boca  para que le dé un lapazo, desde la distancia el portero  da su aprobación al espectáculo, los brazos en cruz atado, el culo perforado por mi polla, y su polla  siendo succionada por la  húmeda y experta  boca del perillas.


Corre el poppers por  última vez, mi cabalgada  aumenta  de velocidad, los jadeos del barbas se amplifican, se aceleran, en la última embestida que  le doy saca la polla de la boca del rapado  y se derrama sobre su cara y su pecho, algunos chorros,   terminan en la cruceta de la cruz, el rapado ante la  oleada de chorros de olorosa leche  se vacía entre sus piernas  y  su vientre, alguna descarga también  va a parar a mis pies, yo saco mi polla del culo del gitanillo, y mirando al portero, le indico  que ahora será su turno.


Me alejo al baño a lavarme, y cuando  el  gitanillo y el perillas, pasan de vestirse a pagar su consumición, nos ven al portero  y a mí, enzarzados en  un pasional morreo.


Mientras su compañero salía a abrirlos la puerta, al oído me dijo, ahora cerramos y mi compañero se marcha, nos quedamos solos en el local tu y  yo.

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